A finales del siglo XIX, la construcción de un ferrocarril minero en Burgos pronto resultó un fracaso económico, pero durante las obras se descubrieron los que hoy figuran entre los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa: los de la sierra de Atapuerca (03). Gran parte de la antigua trinchera ferroviaria es desde 2004 una vía verde: una ecosenda señalizada, equipada y cerrada al tráfico motorizado acondicionada para caminantes y ciclistas. Sus 54 kilómetros forman parte de un conjunto de caminos naturales que, bajo la marca registrada ‘Vías Verdes’, suma actualmente 117 itinerarios por toda España y más de 2.400 kilómetros, que a finales de 2016 serán unos 200 más. Todos y cada uno se han construido sobre antiguas vías ferroviarias en desuso, lo que en la práctica significa que por su trazado y altimetría son idóneas para todo tipo de usuarios, incluyendo niños, mayores y personas con movilidad reducida. Cuando arrancó el programa, hace ya 23 años, en España había 7.600 kilómetros de vías fuera de servicio, de las que un tercio ya se han recuperado para este nuevo uso.
De norte a sur
Recorrer las diferentes vías verdes permite disfrutar de la gran variedad de paisajes y entornos naturales del país, tanto de interior como de costa. Así, por ejemplo, las rutas del Pas, en Cantabria, o las vasco-navarras del Bidasoa, del Plazaola o del ferrocarril vasco-navarro (01) (86,2 km), atraviesan algunos de los paisajes más emblemáticos del norte de España, con frondosos bosques atlánticos de hayas y robles.
La vía verde del Piquillo y su continuación por el Paseo Itsaslur, entre la localidad cántabra de Ontón y la vizcaína de Muskiz, es un recorrido único de algo más de 4 kilómetros en total bordeando acantilados –eso sí, adecuadamente vallados– que ofrecen panorámicas espectaculares de la costa. En la franja mediterránea se pueden encontrar itinerarios desde Cataluña (red de VV de Girona, 125 kilómetros en total) a Levante, como las vías de Ojos Negros (02), entre Castellón y Valencia, una antigua ruta minera de 160 kilómetros; o la del Noroeste en Murcia (76 km). Incluso la isla de Mallorca dispone de una vía verde, la de Manacor-Artá (29 km), desde la que se puede llegar a la playa de Cala Millor por un carril-bici.
Patrimonio cultural y natural
Andalucía ofrece una de las vías verdes más largas de España, la del Aceite, que atraviesa Córdoba y Jaén por un paisaje de olivares a lo largo de 128 kilómetros. En el interior del país destacan por su longitud –en torno al medio centenar de kilómetros– las vías verdes de Alcaraz, en Albacete, de la Jara, en Toledo, del Tajuña, en Madrid, o del Eresma, en Segovia. Esta última ofrece también el atractivo añadido de la visita al conjunto monumental de la ciudad y su acueducto romano, patrimonio de la Humanidad. Pero no es la única vía verde próxima a ciudades de interés turístico: la de Itálica, de 2,75 kilómetros, permite visitar Sevilla; la del F. C. Santander-Mediterráneo (14 km) se acerca a Burgos y su catedral, joya del gótico español; la del Corredor Oliver-Valdefierro (2,6 km), a la ciudad de Zaragoza; y en Cataluña, la ruta del Carrilet termina en el casco antiguo de la ciudad de Girona.
Quienes prefieran sumergirse en la historia pueden visitar castillos medievales como el de Valencia de Don Juan, en León (VV del Esla, 11 km); el de Bélmez, en Córdoba (VV de la Maquinilla, 8 km); o el de Biar (04), en Alicante (VV del Xixarra). En la vía verde del Eo (12 km), entre Asturias y Galicia, se encuentran varios castros y dólmenes prehistóricos, y en la ruta de los Molinos de Agua, en Huelva (33,2 km), minas y restos de calzadas romanas y monumentos megalíticos como el Dolmen de Soto. En la vía verde del Pas, destacan las cuevas prehistóricas de Puente Viesgo y en Granada, en la localidad de Baza, en la vía verde del mismo nombre, su conjunto histórico monumental y su museo arqueológico con vestigios íberos.
Tesoros vivos
La fauna ibérica es otro tesoro natural que las vías verdes ponen al alcance de los usuarios. Así, por ejemplo, en la de Préjano, La Rioja, y en la de la Sierra, en Cádiz, se pueden observar buitres; en la de la Jara (06) se encuentra el centro de recuperación de aves rapaces más antiguo de España; y en Asturias, la Casa del Oso (05) (VV de la senda del Oso) ubicada en Proaza, dedicada a la conservacióndel oso pardo cantábrico.