En 2012, Nairobi, la capital de Kenia y una de las mayores urbes de África, reestrenó sus ferrocarriles después de un siglo con su primera línea de cercanías, que conecta la capital con la barriada de Syokimau, al sur, donde se construyó la primera estación ferroviaria en 80 años. Era el primer paso para dotar a la ciudad y su área metropolitana de un sistema de transporte público masivo asequible y eficiente que haga posible reducir la congestión. El aumento de la población –unos 4 millones de personas en 2019–, ha estimulado el uso del vehículo privado y de los populares minibuses conocidos como ‘matatus’, que operan como taxis colectivos.

Por ello, se está desarrollando un Plan Director de Cercanías (Development of Commuter Rail Master Plan for the Nairobi Metropolitan Region) que aspira a ser la alternativa de transporte para los 13 millones de habitantes que el Banco Mundial, que respalda el proyecto, calcula que tendrá la ciudad en 2030 (y que llegarán a 22 millones en 2045). Para entonces están previstas un total de seis líneas de cercanías, con 163 kilómetros, 53 estaciones y 1,4 millones de viajeros diarios.

Entre las primeras acciones recomendadas en el Plan Director figuran la compra de material rodante, la mejora y equipamiento del taller actual, la ejecución de obras para adecuar las estaciones y renovar las vías, así como disponer de asistencia técnica para la inspección, operación, puesta en marcha y operación de los nuevos trenes.

Esta última labor es la que ha desempeñado Ineco para Renfe, que ha colaborado con su homólogo keniata, Kenya Railways, y la autoridad responsable de las cercanías de Nairobi, NAMATA (Nairobi Metropolitan Area Transport Authority), para la adquisición en España de material rodante, que incluye también el suministro de piezas de repuesto y la formación del personal. Así, con el apoyo de los ministerios españoles de Comercio e Industria, a través del ICEX, y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana,  Kenia cerró en 2019 un contrato con SFM (Serveis Ferroviaris de Mallorca) para la compra de 11 unidades diésel dobles más un remolque. Se trata en concreto de automotores de la serie 6100, fabricados por Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) entre los años 1994 y 2003, de las que el primer lote de cinco unidades ya ha sido enviado por mar al país africano.

Las unidades, que SFM retiró del servicio tras completar la electrificación de su red, se han reacondicionado para alargar su vida útil al menos 25 años. Ineco llevó a cabo las tareas de inspección previas al embarque de las unidades desde el puerto de Barcelona. Entre ellas, la verificación del listado de piezas de repuesto solicitadas por Kenya Railways para el mantenimiento de la flota, así como la comprobación del estado de los recambios; la inspección y registro de las pruebas estáticas y en vía realizadas por SFM; la revisión visual y documental de las unidades y la reconfiguración del sistema de detención automática de tren (ATS, Automatic Train Stop) de acuerdo a parámetros de fábrica, una vez efectuadas las pruebas estáticas y en vía.

Los trenes de la serie 6100 de CAF están equipados con dos motores diésel Cumins NTA-855-A en ambos extremos, frenos de aire comprimido y puertas dobles a ambos lados. Alcanzan una velocidad máxima de 110 km/h. Miden 15,5 metros de longitud, 3,7 de alto y 2,5 de ancho, con una capacidad máxima de 252 pasajeros; 156 de pie y 96 sentados. Cuentan con espacios para bicicletas e indicación sonora de aviso de cierre de puertas. Se fabricaron un total de 52; los primeros empezaron a prestar servicio en la red ferroviaria de Mallorca en junio de 1995. Fueron retirados progresivamente a medida que se iba electrificando la red y circularon por última vez en la isla en mayo de 2019. En 2015, SFM vendió 12 unidades a los ferrocarriles franceses. En su nuevo destino en Kenia, recorrerán varias rutas, desde Nairobi hasta Syokimau, Embakasi, Thika, Kikuyu y Kitengela.

Expertos en material rodante

El reacondicionado es una opción que permite a muchos operadores ferroviarios renovar su flota con material rodante de calidad a menor coste y con mayor rapidez que nuevo, ya que los trenes se fabrican bajo pedido con componentes de múltiples fabricantes y de acuerdo a las especificaciones de cada cliente. De ahí que cuando se habilitan para un nuevo uso, necesiten diferentes adaptaciones, además de las pruebas habituales antes de su puesta en servicio, que requieren la supervisión de técnicos expertos.

Ineco cuenta con más de 20 años de experiencia en España y en el exterior en la supervisión y validación de más de 1.500 trenes de todo tipo, tanto nuevos como reacondicionados. Entre estos últimos, los 49 trenes NS74 de Alstom fabricados en los años 70 para el metro de Santiago de Chile; o las tres locomotoras de la serie TD 2000 fabricadas en España en 2006 por la firma Ingeteam, excedentes del operador vasco Euskotren, y que adquirió Ecuador para equipar la línea ferroviaria entre Durán y Quito.