¿Cómo surgió el programa ‘Cero Basura’?

El cambio climático, la emisión de los gases de efecto invernadero, la explotación excesiva de recursos, el crecimiento del consumo y la generación de residuos nos exigieron pensar en nuevos caminos.

El proyecto consiste en un conjunto de acciones sencillas para garantizar la reducción del impacto negativo en el ambiente que generan las actividades que se desarrollan día a día. La visión es la reducción y el aprovechamiento de los residuos basándose en una economía circular de los recursos: se reduce en la generación y se aprovecha al máximo los residuos en forma de materiales y energía.

¿Y la reacción de las empresas e industrias ante este plan?

Los cambios imparables anteriormente mencionados son nuestro motor para promover e integrar la gestión ambiental en las empresas, que pueden mejorar su competitividad y obtener varias ventajas. Las políticas medioambientales, como la responsabilidad extendida a las que se deben adaptar las empresas, deben fortalecer la sostenibilidad de los productos en toda la cadena de una manera positiva. Además, es importante mencionar que las empresas, instituciones educativas, entre otros representantes del sector público-privado, han participado en la construcción del Plan Maestro, aportando mucho e involucrándose con el cumplimiento de esta meta.

Recientemente fomentaron la recuperación de residuos reciclables en el Mercado Mayorista de Quito, ¿cómo fue esa experiencia?

El compromiso de la Secretaría de Ambiente de Quito, fue involucrar a comerciantes, la administración zonal y los recicladores en un proyecto en conjunto que está siendo exitoso gracias a la participación de todos. Actualmente, se recuperan 2,1 toneladas al mes en el Mercado Mayorista. Este es un objetivo y compromiso de todos, para reactivar la economía de muchas familias aprovechando los desechos y cuidando el planeta a través de buenas prácticas ambientales.

Con el nuevo plan, dos mil toneladas diarias de basura ¿serán más, menos o la misma cantidad?

El Plan Maestro de Gestión Integral de Residuos coincide con el Plan Metropolitano de Desarrollo y Ordenamiento Territorial 2015-2025 que planificará hasta 2025 una reducción de residuos en la producción de un 5% per cápita como mínimo sobre la PPC 2014. Este dato, comparado y calculado con la tasa de crecimiento anual del distrito metropolitano, aumentará la generación de residuos en los próximos años de 2.040 toneladas a 2.340 toneladas.

La Gestión Integral en el DMQ busca la transición de la eliminación de residuos hacia la gestión o economía circular de los recursos, en la que se aprovecha al máximo los residuos en forma de materiales o en forma de energía para aquellos materiales no recuperables. Los productos reciclables y residuos comunes son recogidos selectivamente en instalaciones modernas de tratamiento, se separan y se aprovechan.

El incremento de residuos reciclables irá del 12% en 2014 al 22% en 2025, incluida la recuperación de material reciclable de la planta de separación ET-Sur. Con este incremento, también se beneficiarán 19 barrios de Quito y 300 gestores ambientales.

¿Qué se necesita, además de las leyes, para que la ciudadanía colabore en la gestión de los residuos?

Nuestra política en la gestión de residuos es garantizar la gestión integral de residuos bajo el concepto ‘Cero Basura’ o de economía circular, con enfoque de participación, corresponsabilidad ciudadana y responsabilidad ambiental y social. Pero más allá de ordenanzas y obligaciones del ciudadano, nos hemos acercado de forma directa a la comunidad, a barrios, empresas, instituciones educativas y demás actores de la sociedad para concienciarlos y crear buenas prácticas ambientales. En este proceso han sido fundamentales las campañas educativas que hemos lanzado, cuyo protagonista es cada persona que recicla y separa los desechos.

La reducción de los residuos se basa en una economía circular de los recursos

Han iniciado varias campañas de concienciación e incluso un “tour de la basura”, ¿cómo está siendo la acogida ciudadana?

La gestión integral de residuos implica, cada vez más, herramientas en la cadena de valor (prevención en la generación, separación en la fuente y recolección, aprovechamiento y tratamiento, hasta el depósito final). El “tour de la basura” fue un proyecto piloto para incluir y demostrar todos estos procesos. Hemos dado un valor añadido incluyendo la recolección mecanizada, tecnología punta y jornadas de puertas abiertas a medios de comunicación y ciudadanía en general para visitar el relleno sanitario de Quito.

Nos llena de gusto la buena aceptación que ha tenido este tour en la prensa y sobre todo en estudiantes universitarios, que se sorprenden que en esta ciudad la basura termine convertida en agua y sirva como una nueva fuente de energía. Eso nos motiva a seguir trabajando y a capacitar a otros municipios a escala nacional.

Comenzó hace años trabajando en proyectos con barrios marginales de Quito. ¿Se han previsto acciones especiales para reducir y gestionar los residuos en las zonas más deprimidas y vulnerables?

Actualmente, el DMQ tiene una cobertura de 96,5% en cuanto a la recolección de residuos. Estamos trabajando diariamente para alcanzar nuestra meta, llegar a todos los barrios quiteños.

La ONU ha elegido Quito para celebrar en octubre de 2016 la Cumbre de Ciudades Sostenibles-Hábitat III. ¿Qué le gustaría que se acordara para una urbanización sostenible?

En estos días –del 17 al 20 de octubre de 2016–, la ciudad será testigo de la revitalización del compromiso mundial para la urbanización sostenible y la definición de una Nueva Agenda Urbana, que se espera tenga un impacto directo en las políticas urbanas en el ámbito nacional, estatal y municipal. Quito ha sido seleccionada como el escenario de múltiples actividades en torno a los diferentes ejes temáticos de la conferencia, en donde se podrán compartir experiencias y propuestas responsables encaminadas a la creación de ciudades seguras, resilientes y sostenibles; esto nos lleva a pensar en una ciudad con una gestión de residuos sólidos de manera integral, con conceptos nuevos como el de ‘Cero Basura’, un compromiso que debería ser generalizado a todas las demás ciudades.

Reducir el consumo en sociedades de consumo, ¿no es una contradicción?

Es el gran reto, que no se podrá realizar de la noche a la mañana. El cambio de conciencia del consumidor y el cambio de cultura en el consumo, facilitará el comparar y elegir productos más amigables con el medio ambiente. La elección por su origen, el empaquetado adecuado y la fabricación sostenible aportará un cambio industrial en las empresas para enfocarse en ecodiseños, recursos secundarios y una producción limpia.

La educación es el fundamento de la sostenibilidad, por eso a diario nos preocupamos de que más personas se enteren, de una u otra forma, de nuestro trabajo, con constantes campañas para cuidar el planeta.

Se diría que hay una sana competencia entre las grandes urbes por ser las primeras en la clasificación de las más sostenibles, ¿es así?

Evidentemente existe una competencia entre las principales ciudades del mundo respecto a sus desempeños en sostenibilidad local, y esto se puede justificar no solo por los reconocimientos que son entregados por diferentes iniciativas (como el City Challenge de WWF, el City Climate Awards de C40, o la evaluación de Ciudades Verdes de Siemens), sino por los beneficios que esto representa para sus Gobiernos locales y principalmente para sus ciudadanos. Un reconocimiento de ciudad sostenible puede ser objeto de mayor atención en líneas de inversión externa, así como la facilitación de créditos o cooperación internacional en sostenibilidad; y una generación de oportunidades como destino turístico acompañado de un liderazgo y posicionamiento internacional que abre varias puertas de integración e intercambio de experiencias.

Quito no solo ha sido reconocida como la ciudad más sostenible de Ecuador, sino que también fue seleccionada como una de las 17 urbes del mundo finalistas en el premio a la ciudad más sostenible del mundo, distinción que otorga el Fondo Mundial para la Naturaleza WWF.

Cierre los ojos… ¿Cómo ve la ciudad de Quito a la que aspira a llegar con este proyecto?

Sueño –y creo que es posible– con una ciudad ambientalmente responsable, cuando su crecimiento está asociado al límite natural y racional de sus ecosistemas terrestres y acuáticos; una ciudad que piensa y planifica su territorio tomando en cuenta sus activos ambientales y, por tanto, minimiza los impactos negativos que generan contaminación; que conserva y usa de manera sostenible sus recursos naturales y biodiversidad, reduciendo el nivel de riesgos y es resiliente a los efectos del cambio climático. Su funcionamiento se basa en energías alternativas y su movilidad motiva al ciudadano al uso del espacio público, que genera bienestar colectivo y calidad de vida para sus ciudadanos.