La obtención de la certificación LEED para la nueva terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de Kuwait (KIA) fue un requerimiento de proyecto propuesto por el Ministerio de Obras Públicas de Kuwait y por los diseñadores Foster + Partners. Esta certificación LEED es promovida por la organización no gubernamental estadounidense USGBC (United States Green Building Council), que otorga el certificado final al edificio una vez completada la revisión independiente de la documentación de todo el proyecto. El estudio de arquitectura con sede en Londres fue el encargado de diseñar el proyecto de acuerdo con estas estrategias de sostenibilidad. Posteriormente, la constructora turca Limak, ganadora del concurso de construcción, está ejecutando el diseño de acuerdo con las mejores prácticas constructivas requeridas por la certificación.

El proyecto tiene como objetivo generar al menos el 10% de la energía consumida en su interior, y reduce el consumo global un 27% respecto a un edificio de referencia

Ineco está proporcionando servicios de project management para los tres paquetes de obra en los que se ha dividido el proyecto, que fue planificado para aumentar significativamente la capacidad de tránsito de pasajeros del país, y establecer un nuevo hub en el Golfo Pérsico. El proyecto consiste en una infraestructura de última generación, que establecerá un nuevo marco de referencia ambiental para los edificios aeroportuarios. Su diseño responde al clima de la zona, uno de los entornos habitados más cálidos de la Tierra, y está inspirado en formas y materiales de construcción locales.

La terminal de pasajeros tiene una planta con tres alas simétricas en las que cada fachada tiene una dimensión de 1,2 kilómetros y todas ellas se extienden desde un espectacular espacio central de 25 metros de altura. El proyecto tiene como objetivo alcanzar la certificación LEED Gold, con la meta de ser una de las terminales de pasajeros más grandes del mundo en alcanzar este nivel de acreditación ambiental.

El consumo de energía se optimiza a través de sistemas mecánicos eficientes, desde la iluminación hasta el aire acondicionado. En la imagen, un detalle de los 8.000 tragaluces de la cubierta que maximizan la luz natural. / FOTO_MPW (MINISTRY OF PUBLIC WORKS)

La certificación LEED, que en castellano significa Líder en Eficiencia Energética y Diseño Sostenible, supone que el edificio o proyecto al que se refiere está construido con los estándares de ecoeficiencia y cumple con los requisitos de sostenibilidad. Esta certificación es voluntaria y premia el uso de estrategias sostenibles en todos los procesos de construcción del edificio, a través de un diseño dirigido a maximizar la eficiencia energética, el ahorro de agua, la reducción de residuos y el uso de materiales sostenibles, así como optimizar la salud y el bienestar de los ocupantes y visitantes de la terminal.

CICLO INTEGRAL DEL AGUA. En la Terminal 2 se reducirá en un 45% el consumo de agua potable mediante el uso de griferías de bajo flujo y la reutilización de aguas grises.

El consumo total de agua potable se reducirá en un 45% mediante el uso de griferías de bajo flujo y la reutilización de las aguas grises

El proyecto ha sido diseñado para reducir su impacto en el medio ambiente mediante la minimización del ‘efecto isla de calor’, que consiste en un aumento de la temperatura en las ciudades causado por el aumento de las superficies impermeables y absorbentes de calor, como el hormigón y el asfalto. La reducción de este efecto se logra proporcionando una cubierta verde sobre el edificio de aparcamiento y un oasis en la entrada a la terminal que recibe a los pasajeros con un microclima varios grados por debajo del entorno cercano. Todas las zonas ajardinadas se han diseñado con especies nativas y/o adaptadas al clima del desierto de Kuwait, e incorporando materiales claros que rechazan el calor en los revestimientos exteriores y en las cubiertas.

La envolvente térmica del edificio incluye una estructura de cubierta con una cámara de aire que dispone de una gran inercia térmica y una fachada acristalada que recibe sombra de un voladizo de 60 metros. Esto permite reducir las ganancias térmicas que deben ser abatidas por el sistema de aire acondicionado, reduciendo el consumo de energía al mismo tiempo que mejoran el confort térmico del interior de la terminal.

La luz natural se maximiza a través de los 8.000 tragaluces incorporados en el diseño de la cubierta, y el consumo de energía se optimiza a través de sistemas mecánicos eficientes, desde la iluminación hasta el aire acondicionado.

La cubierta incorpora 81.444 paneles fotovoltaicos con una potencia pico instalada de 29,4 MWp que generarán 49,98 GWh anuales, lo cual representa un 10% de la energía total consumida por el edificio. Esto supone la mayor instalación fotovoltaica dispuesta en una terminal aeroportuaria.

Gracias a esta y a otras medidas de eficiencia energética, el proyecto consigue reducir el consumo global de energía un 27% respecto a un edificio de referencia diseñado bajo el estándar ASHRAE 90.1-2007, de acuerdo con los cálculos energéticos realizados por la consultora estadounidense The Spinnaker Group.

El consumo total de agua potable se reducirá en un 45% mediante el uso de griferías de bajo flujo y la reutilización de las aguas grises recolectadas de los lavabos para reutilizarla en la descarga de inodoros. Las aguas procedentes de los inodoros se tratan y reutilizan para regar las zonas ajardinadas, completando así el ciclo integral del agua y reduciendo un 100% el agua potable necesaria para riego. Los materiales de la Terminal 2 se han especificado de tal forma que una parte importante de ellos contenga materiales reciclados o rápidamente renovables de proveedores regionales, teniendo como meta reducir un 20% el uso de recursos finitos y minimizando las distancias de transporte. Para garantizar un ambiente interior saludable, se han especificado materiales de construcción como pinturas, selladores y adhesivos con un bajo nivel de COV (Compuestos Orgánicos Volátiles), mientras que los sistemas de aire acondicionado se han diseñado para aumentar en un 30% las tasas de ventilación del aire exterior. Por último, las obras de construcción suelen generar grandes cantidades de desechos sólidos, lo que aumenta la carga de los vertederos cada vez más escasos y causa la contaminación del suelo, el agua y el aire. En la construcción de la Terminal 2, el objetivo es reciclar, reutilizar o donar, al menos, el 75% de los desechos generados en la obra.

Vista de planta de la nueva terminal con la división en tres paquetes.