Los casi 8.000 kilómetros de costas españolas ofrecen a los aficionados al mar una enorme variedad de instalaciones y actividades náuticas, desde las más básicas en pequeños puertos hasta exclusivas marinas de lujo equipadas con todos los servicios imaginables. De acuerdo a los datos de la Federación Española de Asociaciones de Puertos Deportivos y Turísticos (FEAPDT), España cuenta actualmente con cerca de 300 puertos deportivos, que ofrecen en total 130.000 amarres. El mayor número se concentra en los puertos del Mediterráneo, sobre todo en Cataluña y Baleares, aunque también en Valencia y Andalucía, que, junto con Galicia, reúnen de forma cerca del 78% de la oferta total.

En términos absolutos, el récord lo ostenta la marina de Empuriabrava, en Girona, una ciudad de vacaciones situada en la desembocadura del río Muga con 14.000 viviendas, 23 kilómetros de canales y 5.000 amarres, construida en los años 60, inicio del despegue turístico en España.

Más de la mitad de los puertos deportivos españoles son de pequeño tamaño, con menos de 300 amarres, mientras que los situados en zonas como las bahías de Palma de Mallorca y Cádiz, la costa de Alicante o la comarca del Maresme catalán, rondan el millar y medio de plazas cada uno.

Casi ocho de cada diez puertos deportivos están gestionados por empresas privadas mediante concesiones, o por clubes náuticos, entidades sin ánimo de lucro centradas en las actividades deportivas y de ocio. El resto son de titularidad pública, estatal, autonómica o local, exclusiva o compartida.

Las siete islas del archipiélago canario, de larga tradición náutica por su ubicación estratégica y sus vientos alisios, cuentan con 40 puertos deportivos bien equipados, desde los mayores como el de Las Palmas de Gran Canaria, con más de 1.000 atraques, Pasito Blanco, al sur, en la zona turística de Maspalomas, o Puerto Calero, en Lanzarote; hasta el más pequeño en la isla de El Hierro, con 120, si bien aptos para embarcaciones de hasta 30 metros. Destacan también Tazacorte, en La Palma, Los Gigantes, en Tenerife –situado junto a los acantilados del mismo nombre– o El Castillo, en Fuerteventura.

En Murcia, cabe mencionar el puerto deportivo Tomás Maestre, en la Manga del Mar Menor, que ofrece plazas para 1.800 embarcaciones de hasta 30 metros y dos muelles para superyates, y el Yacht Port, en Cartagena.

Las costas norte y noroeste de España, bañadas por el Cantábrico y el Atlántico, cuentan con puertos de gran atractivo como la Marina del Cantábrico, en Santander, con 1.300 atraques; y otros más pequeños como Laredo o Santoña. En Asturias, el mayor es el de Gijón, con casi 800 puestos de atraque; y en el País Vasco, los de Getxo y Hondarribia. En Galicia, destacan los puertos deportivos de Sanxenxo o Baiona, en Pontevedra, y Sada, en A Coruña, todos ellos con entre 300 y 400 amarres. Desde 2016, la asociación de puertos deportivos del norte de España, North Marinas, ofrece la posibilidad de realizar el Camino de Santiago por mar. Los requisitos: solo a vela, navegar un mínimo de 100 millas náuticas y, eso sí, realizar a pie los últimos 10 kilómetros hasta la Catedral. Las credenciales se pueden sellar en todos los puertos.

Los puertos baleares organizan competiciones de vela de fama internacional, como son: la Copa del Rey de vela o el Trofeo Ciutat de Palma; o la Copa del Rey de barcos de época, en Mahón. Otras citas deportivas importantes son: el Trofeo de la Reina (Valencia), la Christmas Race (Palamós), o el Trofeo Príncipe de Asturias (Baiona).

La costa española está llena de puertos con encanto como los menorquines de Ciutadella, en el casco viejo de la ciudad, o Mahón que, con sus 6 kilómetros de longitud, es uno de los puertos naturales más grandes del mundo. Mogán, en Gran Canaria, es conocido como “la pequeña Venecia” de la isla por sus canales; la marina de El Rompido, en Cartaya, Huelva, es un inusual enclave fluvial situado en un parque natural. El malagueño Puerto Marina, en Benalmádena, se caracteriza por su pintoresca arquitectura mezcla de estilos indios, árabes y andaluces; el puerto de Combarro, en Pontevedra, por sus tradicionales hórreos, mientras que Port de la Selva (Girona), es un puerto natural a los pies de una tranquila población marinera de casas blancas en plena Costa Brava.

Los grandes yates, generadores de riqueza

La gran mayoría de las embarcaciones de recreo en España tienen esloras entre 6 y 8 metros, de acuerdo con los datos de matriculaciones. Pero los puertos españoles, en especial los mediterráneos, son un destino muy demandado por un segmento de usuarios minoritario, pero de gran impacto económico: los grandes yates, unos 10.000 en todo el mundo. Según la ley española se clasifican en ‘superyates’, entre 30 y 60 metros; ‘megayates’, hasta 90; y ‘gigayates’, los que superan los 90 metros, muchos de ellos destinados al chárter (alquiler).

Estas grandes naves, que suelen pasar el invierno occidental en el Mediterráneo y partir hacia el Caribe en otoño, requieren instalaciones y servicios muy específicos de alto valor añadido. Los puertos de Palma de Mallorca, Barcelona y Tarragona cuentan con astilleros especializados. Los puertos deportivos de las islas Baleares, que suman en total unos 3.000 amarres, figuran entre los más exclusivos y demandados del Mediterráneo. Entre ellos, destaca Marina Port Ibiza, que dispone de 1.400 amarres para embarcaciones de recreo, de los que 85 están preparados para grandes yates. El puerto deportivo de Palma de Mallorca ofrece lujosas instalaciones y más de 200 amarres de hasta 50 metros, mientras que a unos 20 kilómetros de la capital, en la bahía de Calviá, el ultramoderno Port Adriano, diseñado por Philippe Stark, puede albergar naves aún mayores, de hasta 100 metros, y destaca por su oferta gastronómica y de moda.

En la Península, Puerto Banús, en Marbella, y Sotogrande, en Cádiz (que con más de 1.100 atraques es el mayor puerto deportivo andaluz), son focos de atracción para megayates. La provincia de Barcelona acoge 24 de los 44 puertos deportivos y marinas del litoral catalán. De ellos, los tres de la Ciudad Condal son los de mayor capacidad: Port Vell, Port Fòrum, y el Puerto Olímpico. El crecimiento de la demanda ha impulsado proyectos como la nueva marina para megayates del puerto de Málaga, que dispondrá de 31 atraques para naves de entre 30 y 100 metros y todo tipo de servicios. Creará más de 800 empleos y se estima que el impacto económico del proyecto ronde los 100 millones de euros.