facturando la maleta

Llegó el día. Tenemos que coger el avión. Dejamos todo en orden en casa, cogemos nuestro equipaje y nos ponemos camino al aeropuerto. Al llegar allí, nos dirigimos al punto de facturación en la terminal para facturar. En ese punto somos testigos del primer proceso por el que pasarán nuestras maletas en el aeropuerto: el etiquetado.

El etiquetado sirve para identificar la maleta en el SATE y consiste, habitualmente, en la colocación de una pegatina que lleva impresa una serie datos y un código de barras y que suele adosarse en un asa de la maleta. El código de barras, cabe mencionar, es una referencia única, así que cada equipaje tiene una identificación exclusiva.

Además del etiquetado, en el mismo puesto de facturación, se comprueban las dimensiones y el peso del equipaje de forma automática. Una vez se ha etiquetado el equipaje, si las medidas del equipaje están dentro de las medidas permitidas, se introduce en el SATE.

El SATE, acrónimo de Sistema Automático de Tratamiento de Equipajes, es un conjunto de elementos que lleva nuestro equipaje automáticamente desde el punto de facturación hasta el punto de entrega a los agentes ‘handling’, quienes transportarán finalmente nuestra maleta al avión. (Ver Figura 1).

SATE. Se trata de un conjunto de elementos que lleva nuestro equipaje automáticamente desde el punto de facturación hasta el punto de entrega a los agentes handling.

El equipaje se aventura al interior del SATE

La maleta se adentra en el sistema mediante cintas transportadoras de forma automática; abandona la zona de facturación del aeropuerto para ingresar en un espacio técnico, eminentemente industrial, dentro del mismo edificio. Nuestra maleta es una de las muchas que en ese momento se encuentran en el sistema y que son conducidas de manera ordenada a lo largo de la multitud de cintas transportadoras que hay en el recinto.

El SATE controla el tráfico de las maletas mediante PLCs (‘Programmable Logic Controller’). Estos equipos gobiernan los motores que mueven las cintas transportadoras así como otros tantos elementos del sistema, y toman las decisiones de marcha o paro de cada motor de los transportadores en función de las diferentes condiciones que se estén dando en el sistema a cada momento.

Sigue avanzando nuestra maleta a lo largo de la línea de transportadores y, pronto, atraviesa un pórtico donde se encuentran instalados varios lectores láser de códigos de barras estratégicamente distribuidos. Este pórtico se denomina arco de lectura.

Los arcos de lectura sirven para que el SATE identifique el equipaje a través de la lectura del código de barras de la pegatina que lleva adherida la maleta. Una vez identificada, el SATE le asigna un destino final dentro del sistema. Cabe reseñar, que el SATE discrimina las maletas según el vuelo que cojan y, de este modo, asegura la entrega de las maletas de un mismo vuelo en un mismo punto final (hipódromos de formación o muelles de carga).

En ningún momento se ha detenido nuestra maleta para ser identificada al pasar por el arco de lectura. El tránsito por ahora está siendo continuo a excepción de un par de ocasiones, en donde la maleta se detuvo en la entrada de un cruce para que el sistema introdujera, delante de nuestro equipaje, otra maleta que venía de otra línea.

Ineco está trabajando actualmente en el diseño del SATE de los aeropuertos internacionales de Schiphol (Ámsterdam), en la imagen, y Dammam (Arabia Saudí). / FOTO_INECO

La inspección del equipaje

Todos los bultos introducidos en el SATE se inspeccionan para contribuir a asegurar la integridad de las personas, instalaciones aeroportuarias y aeronaves. Nuestro equipaje continúa avanzando por la línea de transportadores cuando, a lo lejos, se encuentra una máquina de considerables dimensiones en donde se están introduciendo, irremediablemente, todas las maletas que preceden a la nuestra. Se trata de una máquina de inspección de equipajes.

Las máquinas de inspección de equipajes inspeccionan el 100% de los equipajes que se introducen en el SATE. Disponen de una avanzada tecnología enfocada en la detección de elementos que pondrían en peligro la seguridad de personas y activos, como armas y explosivos.

Una cortinilla delimita donde empieza el proceso de inspección. El equipaje no se detiene en el interior de la máquina para el proceso de inspección como tampoco se detuvo en el proceso de identificación y, en pocos segundos, sale de la máquina atravesando una segunda cortinilla para proseguir su recorrido por la instalación.

Al término del examen, la máquina le proporciona el resultado de la inspección al SATE y este incorpora este dato a la información que posee de la maleta en cuestión. Se trata de una información vital porque el SATE tiene que asegurar que únicamente lleguen a los aviones aquellas maletas que hayan sido ‘clarificadas’ (es decir, aquellas maletas cuyo resultado de su inspección haya sido positivo).

Así, con un estado de inspección asociado, nuestra maleta continúa su viaje hasta llegar al punto de decisión. Este punto del sistema consiste en un equipo electromecánico que separa los equipajes ‘claros’ de los demás, desviando los ‘claros’ por una línea y todos los demás por otra línea distinta del sistema.

El SATE verifica cuál es el estado de la inspección de cada equipaje a la entrada de este en el punto de decisión. Únicamente en el caso de que el estado del equipaje sea ‘claro’, el desviador habilitará el recorrido para que el equipaje prosiga su camino hacia su destino final. En cualquier otro caso, el desviador habilitará el recorrido que llevará al equipaje a un proceso de inspección adicional.

Nuestro equipaje, que no contiene ningún elemento peligroso, ha resultado ‘claro’ en el primer nivel de inspección y prosigue su curso, entonces, hacia su destino final. Se va distanciando del punto de decisión donde otros equipajes no tienen la misma suerte y se desvían a la línea que conducen a una nueva inspección.

Línea de almacenes de equipajes tempranos, con operación mediante transelevadores, en el aeropuerto de Alicante. / FOTO_JOAQUÍN ESTEVE

Clasificación y destino final del equipaje

El SATE contribuye a la eficiencia en las operaciones del aeropuerto al clasificar el equipaje por vuelos. Se va acercando el final del viaje de nuestra maleta. La línea por la que circula ahora tiene multitud de desvíos que llevan a diferentes lugares y ahora es posible llegar al almacén de equipajes tempranos, las estaciones de codificación manual, hipódromos de formación y muelles de problemáticos.

Los almacenes de equipajes tempranos son destinos temporales para las maletas introducidas en el sistema que no tienen disponible el hipódromo de formación o muelle de carga, asociado a su vuelo en ese momento. Es un subsistema de inestimable ayuda en aeropuertos con alta carga de equipajes de vuelos de conexión, donde puede haber muchas horas de diferencia entre el vuelo de llegada y el siguiente vuelo de salida.

En el recorrido se dejan atrás las entradas a las estaciones de codificación manual ya que el SATE no ha perdido el seguimiento de nuestra maleta. También se deja atrás la entrada al almacén de equipajes tempranos porque el hipódromo de formación de nuestro vuelo está ya disponible para que se dispongan allí las maletas; no hay entonces necesidad de almacenar la maleta temporalmente en el sistema. Cuando la maleta llega al desvío que lleva al hipódromo de formación asignado a su vuelo, el sistema la fuerza a tomar ese destino, gracias a la acción de un desviador. El equipaje, en un último paso, se descarga controladamente en el hipódromo de formación.

Los hipódromos de formación o carruseles de formación, son un elemento electromecánico que forma un circuito cerrado y sobre el que se depositan todas las maletas de un vuelo concreto. Pegadas a los hipódromos de formación se estacionan los trenes de carrillos, con el fin de hacer lo más eficiente posible el proceso de carga de las maletas en estos trenes.

La maleta, una vez ha llegado al hipódromo de formación, deja de ser responsabilidad del SATE para ser responsabilidad de la agencia handling. Sus agentes llevan la maleta en el tren de carrillos al avión y la cargan en su bodega, a veces siendo nosotros testigos de este proceso como pasajeros desde nuestro asiento de ventanilla de la aeronave.

Resumen y consideración final

Los procesos por los que pasa un equipaje de salida pueden observarse en la Figura 2.

ESQUEMA DE UN EQUIPAJE DE SALIDA. En este diagrama se pueden ver todos los procesos por los que pasa un equipaje de salida desde que llega al punto de facturación hasta que finaliza en el hipódromo de formación, donde deja de ser responsabilidad del SATE y pasa a ser responsabilidad de la agencia handling.

El SATE tiene diferentes soluciones técnicas, contiene muchos más elementos y realiza más procesos que los reflejados en este artículo. En Ineco se conoce esta realidad compleja y se tiene en cuenta la especificidad de cada proyecto, lo que permite prestar servicios idóneamente en los mercados nacional e internacional.

Los SATE, pieza clave en el tratamiento de equipajes

Roberto Calonge, ingeniero industrial de Ineco, experto en SATE y ORAT

Los Sistemas Automatizados de Tratamiento de Equipajes (SATE) constituyen una de las instalaciones más extensas y de funcionamiento más complejo de los terminales aeroportuarios. No solo la longitud de las líneas de transporte de algunos SATE llega a ser tan formidable como los más de 80 kilómetros de la Terminal 4 del aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid-Barajas o los más de 20 de la Terminal 1 del aeropuerto Josep Tarradellas-Barcelona-El Prat, sino que el número máximo de equipajes que algunos sistemas gestionan en una hora puede ser superior a 5.000. Además, las instalaciones se extienden en prácticamente todos los niveles y áreas del edificio terminal.

Tal es la dimensión de estas instalaciones que a los expertos en SATE les gusta definir un terminal aeroportuario como un SATE con un edificio encima. Dejando exageraciones (o no) a un lado, los SATE son la pieza clave en el tratamiento de los equipajes de bodega cuyo objetivo es conseguir que la maleta de cada pasajero se cargue en la aeronave correcta a tiempo y sea entregada al pasajero con la mayor celeridad posible en el aeropuerto de destino, siguiendo además todos los procedimientos de seguridad necesarios. 

Ineco, a lo largo de todos los proyectos de diseño de terminales aeroportuarios en los que ha participado, se ha enfrentado a la necesidad de diseñar sistemas SATE (tanto en disposición de las líneas de transporte como en la tecnología misma del transporte) adaptados a las necesidades operativas específicas de cada aeropuerto: por ejemplo, el diseño de un SATE para un aeropuerto hub como el aeropuerto de Schiphol gira en torno a minimizar el tiempo de proceso de los equipajes en transferencia para asegurar que aquellos con tiempo corto entre vuelos (hot transfer bags) se gestionan de forma veloz y que aquellos con tiempo largo de conexión son almacenados temporalmente en un EBS (Early Bag Storage), hasta el comienzo de la formación del vuelo (carga en los carrillos o contenedores para su traslado desde el edificio terminal hasta la aeronave). 

En el caso de Schiphol, la tecnología de transporte seleccionada fue mixta (cintas transportadoras para aquellos equipajes que no necesitaban transferencia entre terminales e ICS (Independent Carrier System), para aquellos que sí se transfieren entre terminales, dado que este sistema proporciona velocidades de transporte y precisión del seguimiento del equipaje superiores a las de la cinta trasportadora. Por otro lado, para un aeropuerto como el de Kasteli en la isla de Creta (aeropuerto con un tráfico de origen/destino), el diseño se centra en minimizar el tiempo de transporte entre los mostradores de facturación y los hipódromos de formación de vuelos. 

El diseño exitoso de un SATE y de todo el proceso de tratamiento de equipajes del que forma parte se orienta siempre hacia la comprensión de los intereses de los agentes involucrados. Por poner dos ejemplos interesantes, en el aeropuerto Rosalía de Castro-Santiago de Compostela, es preciso asegurar el transporte automatizado de bicicletas entre la facturación y el patio de carros, dado que es un medio de transporte utilizado por los peregrinos. A su vez, en el aeropuerto Costa del Sol-Málaga, es preciso asegurar el transporte de bolsas de palos de golf pues es una de las actividades que atrae visitantes a la zona.

el futuro de la industria pasará por nuevos sistemas de identificación y seguimiento de maletas, incluso con visión computerizada e inteligencia artificial

En sus diseños de terminales aeroportuarios, Ineco, que cuenta con un equipo de expertos en SATE, considera toda la operación en su conjunto para asegurar que se cumplen las necesidades y expectativas de los actores implicados. La operación de tratamiento de equipajes en un aeropuerto es un ejemplo de cadena logística (supply chain), en el que distintas organizaciones son responsables de ciertas partes; un diseño eficiente de toda la cadena de transporte, y especialmente de los interfaces entre subsistemas, es necesario para asegurar que cada maleta será entregada a su propietario sin esperas innecesarias en destino.

Así, el diseño del SATE debe favorecer el transporte eficiente de los equipajes, minimizando los costes de capital y de explotación (operación y mantenimiento de la instalación). Además, debe asegurar que la instalación está disponible prácticamente el 100% del tiempo y que el equipaje es transportado al hipódromo de formación correcto. Para que esto último sea posible, es necesaria una alta precisión en la identificación (mediante lectura de los datos de la etiqueta de cada maleta) y su seguimiento dentro de la instalación hasta su entrega final al hipódromo de formación.

Para las empresas de handling de rampa, encargadas de la carga de los equipajes en los carrillos y contenedores, su transporte hasta la aeronave y su carga en la bodega y viceversa, la lógica de funcionamiento del SATE debe acomodarse a los requisitos operativos de cada empresa concreta. Por ejemplo, una puede requerir que la formación de un vuelo empiece 120 minutos antes de la salida, mientras que para otra este tiempo puede ser de 150 minutos. Además, hay que asegurar un diseño ergonómico de las operaciones de carga y descarga de los equipajes. 

Finalmente, el equipaje de bodega representa una parte relevante del negocio de las compañías aéreas debido al pago por maleta facturada (que llega a ser realmente importante en las aerolíneas que siguen un modelo low-cost). Un equipaje que no se entrega al pasajero en el aeropuerto de destino tiene un coste alto para la compañía aérea: por un lado, la operativa necesaria para la búsqueda y envío de las maletas al domicilio del viajero, que puede ser hasta 10 veces superior al de su transporte en condiciones normales y por otro, por la posible pérdida del pasajero como cliente para vuelos futuros. 

La industria del tratamiento de equipajes es muy dinámica  y en constante evolución para introducir nuevas tecnologías que ayuden a que sea entregado al pasajero en el aeropuerto de destino de la forma más eficiente en tiempo y coste y, además, con el menor impacto ambiental posible. Ineco ha sido y es testigo y partícipe de esta evolución mediante su trabajo en todas las fases de los proyectos SATE: planificación del proceso, diseño básico y de detalle de las instalaciones; desarrollo de pliegos de prescripciones técnicas y evaluación de ofertas; seguimiento y vigilancia de la construcción; puesta en marcha y transición operativa (ORAT, Operational Readiness and Airport Transfer), incluyendo el desarrollo de procedimientos operativos y de contingencia; y pruebas de explotación y seguimiento de la operación, mantenimiento y reingeniería de procesos.

En la actualidad, la industria sigue viviendo una revolución en cuanto a las tecnologías empleadas y los modelos de negocio, que la compañía introduce en sus diseños cuando es necesario, entre los que destacan:

  • EL seguimiento obligatorio de los equipajes en al menos cuatro puntos (check-in, carga en bodega de la aeronave, descarga en punto de transferencia y entrega a pasajero), de acuerdo con la resolución 753 de la IATA.
  • La implantación paulatina de la identificación y seguimiento del equipaje mediante tecnología RFID (tal como ha indicado la IATA a sus miembros) y la identificación mediante OCR, ambas como apoyo a la identificación y seguimiento tradicional mediante lectura del código de barras de las etiquetas. Incluso hay empresas desarrollando modelos de identificación y seguimiento basados en visión computerizada e inteligencia artificial.
  • La extensión del proceso de tratamiento de equipajes fuera del aeropuerto con la facturación y entrega final en el centro de las ciudades, de tal modo que el pasajero no necesita entregar ni recoger la maleta en el terminal.
  • Introducción de modelos de autoservicio (self-service) tanto en la facturación de equipajes como en la entrega al pasajero en destino final.
  • Uso de mensajes basados en XML entre el SATE y los sistemas DCS de las compañías aéreas, que aumentan la fiabilidad de las comunicaciones entre estos sistemas.
  • Automatización de las labores de carga y descarga de equipajes, de tal modo que disminuya la posibilidad de lesión de los agentes de handling al realizar estas labores.
  • Información en tiempo real a los pasajeros del estado de su equipaje mediante las aplicaciones de las compañías aéreas.

Entre las ideas incipientes que se están desarrollando en la industria y que Ineco está siguiendo para ser utilizadas en sus proyectos figuran el desacople entre el itinerario del pasajero y el del equipaje para un mejor uso del espacio en las bodegas de las aeronaves; la utilización de las redes de distribución de comercio electrónico en las ciudades para el transporte entre el domicilio del pasajero y el terminal aeroportuario y viceversa; y el posible proceso de equipajes de bodega en las terminales de carga aérea.

La compañía cuenta con un equipo de expertos en SATE y en el tratamiento de equipajes en aeropuertos con una amplia experiencia en proyectos de distintas escalas y requerimientos operacionales, en los que ha trabajado con diferentes tecnologías y modelos de negocio, que son capaces de diseñar el manejo más eficiente de los equipajes para cada aeropuerto, incluyendo el SATE.

Los nuevos sistemas de identificación y seguimiento de maletas, incluso con visión computerizada e inteligencia artificial, la automatización, y la extensión del proceso con la facturación y entrega en destino final, son ejemplos de la revolución que sigue viviendo la industria.