Malasia, situada en el centro del sudeste asiático, una de las regiones más dinámicas del mundo, divide su territorio entre la península de Malaca, donde se sitúa su capital, Kuala Lumpur, y el norte de la isla de Borneo, menos poblada. El país, que ha apostado por una economía de libre mercado con uso intensivo de tecnología y capital, se encuentra ya en los puestos medios de desarrollo mundial y aspira a ascender más en los próximos años diversificando su economía –en la que el sector servicios representa ya más de 55 % de su PIB– y haciendo fuertes inversiones en infraestructuras, entre las que destacan las destinadas al transporte. El objetivo es la ampliación y mejora de sus redes de carreteras y ferroviarias, con proyectos como la nueva autopista Pan Borneo, nuevas líneas de metro en Kuala Lumpur, o la conexión de alta velocidad ferroviaria entre esta y Singapur, entre otros.

La red ferroviaria, tanto urbana como de cercanías, y de larga distancia, es fundamental para el transporte de personas y mercancías en el país, que suma 32 millones de habitantes, con una elevada densidad de población –97 habitantes por km2–, concentrada sobre todo en el entorno de la capital y su área metropolitana. Por ello, el Gobierno ha puesto en marcha planes para impulsar la utilización del transporte público, para lo que, junto a las fuertes inversiones en infraestructuras, se ha propuesto aplicar un nuevo modelo de liberalización de la operación del transporte ferroviario (open access), en contraposición al actual de ‘integración vertical’.

Torres Petronas.

El modelo de liberalización del transporte ferroviario, mediante diversos esquemas de gobernanza, se aplica actualmente en la Unión Europea y en otros países del mundo. El modelo se asienta en la separación de la propiedad y la administración de la infraestructura ferroviaria de la operación del servicio, permitiendo la prestación de dichos servicios a distintos operadores que cumplan con la regulación establecida a este respecto, lo que incrementa la competencia y la eficiencia del servicio. El modelo establece también una autoridad única de ordenación y regulación del transporte ferroviario que define las condiciones técnicas y económicas de concesión de las licencias (bien de administrador de la infraestructura, bien de operador), establece un sistema de incentivos y penalizaciones para los operadores y se encarga de las certificaciones de seguridad.

El modelo de liberalización: Principales propuestas

El monorraíl recorre unos 9 km en el centro de Kuala Lumpur. Cuenta con 11 estaciones y unos 68.000 usuarios al día.

  • Se propone que SPAD actúe como autoridad única de coordinación y gestión de la infraestructura ferroviaria y regulador de mercado y técnico, y, por tanto, sea el responsable de la concesión de licencias de administrador y de operador. Para ello, se requieren reformas legales.
  • Cambios en la estructura de gobernanza: el análisis contemplado por Ineco recoge dos opciones: una, transferir el personal, los recursos, gran parte del equipamiento y las competencias en materia de gestión de infraestructuras de KTMB a RAC, que pasaría a ostentar la condición de propietario y administrador de la misma. Sin embargo, dada la complejidad en la implantación del sistema anterior, se ha propuesto una segunda opción: RAC, que actualmente es propietaria de la infraestructura, le traspasaría la explotación de la misma a KTMB o a un tercero independiente, a cambio de una tarifa de disponibilidad, y conservaría las actividades no estrictamente ferroviarias, como desarrollo comercial, bienes inmuebles, banda ancha, aparcamientos y publicidad. Los fondos recaudados deberían destinarse principalmente a reducir la tarifa de disponibilidad. Se propone la definición de las relaciones entre los administradores de la infraestructura y los operadores, mediante contratos bajo la supervisión de SPAD y entre los operadores y el Gobierno, en caso de que este tenga que aportar financiación en servicios de utilidad pública, pero no rentables, con los mecanismos de control adecuados.
  • Establecimiento de mecanismos de asignación de capacidad: se trata de un proceso de vital importancia para el buen funcionamiento de un modelo de liberalización del transporte ferroviario, y se realiza en dos fases: reserva y asignación. En primer lugar, el administrador de infraestructuras aceptará, en principio y con carácter provisional, todas las solicitudes de operadores para las que haya capacidad disponible. La decisión final sobre las rutas asignadas debe estar justificada por el administrador y sujeta al poder de resolución de disputas de SPAD. En segundo lugar, se diseñará una programación anual, sujeta a ajustes mensuales, semanales y diarios, para asignar la capacidad reservada y las solicitudes en rutas específicas. Para la adjudicación de rutas se aplicarán criterios de libre competencia y certeza para los operadores, sin menoscabar la gestión operativa.
  • Tarifas a los operadores: la definición de un modelo económico correcto se considera crucial para el resultado satisfactorio de la liberalización del transporte ferroviario. La propuesta en el caso de Malasia es un enfoque dual para el cobro de acceso a la vía, uno para el mercado de mercancías y otro para pasajeros. Ambos están integrados por tres tarifas: una de reserva y capacidad, otra de circulación y una tercera de tráfico, calculadas de acuerdo a la estructura de costes (el estudio incluye un esquema preliminar) del propietario de la infraestructura. Además, se establecerán otras tarifas por servicios auxiliares y uso de instalaciones como estaciones de pasajeros, estacionamientos, andenes, puntos de carga y apartaderos.
  • Implantación de un sistema de incentivos y penalizaciones: el sistema de gestión por desempeño tiene como objetivo fomentar la calidad y puntualidad del servicio prestado por los operadores, así como la calidad y disponibilidad de los administradores de la infraestructura.
  • Seguridad e interoperabilidad: es necesaria la creación de un registro de infraestructura y un registro de vehículos, así como un organismo para toda la red malasia responsable de estudiar las causas de los accidentes y emitir recomendaciones. Esta función podría ser llevada a cabo por un departamento independiente dentro de SPAD o por un organismo nacional de investigación independiente. Además, tanto los administradores como los operadores deben desarrollar un Sistema de Gestión de Seguridad, definido por SPAD.En cuanto a la interoperabilidad en recorridos internacionales, será también SPAD el organismo encargado de definir las especificaciones técnicas y de unificar los parámetros técnicos que permitan autorizar la operación de un tren extranjero dentro de la red malasia. Para ello, SPAD debe firmar protocolos de reconocimiento de autorización mutua con las autoridades competentes de otros países y acuerdos para detallar los requisitos específicos.
  • Análisis PESTLE: este tipo de análisis estudia la influencia de los factores políticos, económicos, sociales, tecnológicos, legales y medioambientales en el proyecto. Dicho análisis se considera necesario para el estudio de impacto regulatorio (regulatory impact assessment) que debe llevarse a cabo por la autoridad pública con carácter previo a la inclusión de nuevas regulaciones. En lo que se refiere a los aspectos políticos, el análisis llevado a cabo concluye que el nuevo modelo de gestión ferroviaria contribuirá a mejorar la estructura organizativa, reducir las incertidumbres y ordenar y clarificar las funciones de los actores clave.
    En lo tocante a aspectos económicos, se considera que la introducción de la libre competencia con nuevos operadores contribuirá al crecimiento económico, al aumentar la competitividad y la productividad de las empresas y los usuarios, y reducir los tiempos de viaje y los costes. Además, ofrecerá un transporte más fiable y de mayor calidad. Desde el punto de vista social, el crecimiento previsto de la población malasia implica mejorar la movilidad. En cuanto a los aspectos tecnológicos, se considera que los nuevos operadores podrían introducir soluciones técnicas novedosas. En el ámbito legal, el cambio más relevante será la implementación de un modelo de liberalización del transporte ferroviario en la red peninsular, con los respectivos mecanismos de asignación de capacidad y carga necesarios. Las principales modificaciones legislativas se establecerán en una enmienda a la actual Ley de Transporte Público Terrestre de 2010. SPAD debe estar facultado para conceder las licencias y desarrollar regulaciones relacionadas con la infraestructura. Finalmente, en relación con los factores ambientales, el modelo propuesto adopta los planteamientos del Plan Maestro Nacional de Transporte Público Terrestre de Malasia, que apuesta por el transporte público y, en particular, por el modo ferroviario, para reducir la contaminación y la congestión. El Plan prevé duplicar la cuota modal del transporte público en el país, hasta alcanzar un 40% en 2030.
  • Informe de sostenibilidad empresarial: el estudio incluye también un informe en el que se realiza una estimación general del esquema de ingresos y costes del sistema que asegure su sostenibilidad una vez implantado el modelo de liberalización.

EXPERTOS EN REGULACIÓN FERROVIARIA

Ineco, en consorcio con el Administrador español de Infraestructuras Ferroviarias Adif y las empresas malasias HSS Integrated y Wong & Partners (Baker & McKenzie International), ha elaborado para SPAD, (Comisión de Transporte Público Terrestre), el proyecto de implantación del marco de liberalización en los ferrocarriles malasios. Ineco lleva décadas prestando asesoramiento especializado al Gobierno de España para la reforma de su sector ferroviario, tras la entrada en la Unión Europea en 1986. En España, la separación entre el administrador y el operador de infraestructuras ferroviarias se produce en 1995 con la creación de Adif y Renfe Operadora, fruto de la entrada en vigor de Ley del Sector Ferroviario, en la que Ineco colaboró con el Ministerio para su redacción.  En el exterior, la compañía elaboró en 2014 un proyecto de implantación de un modelo de open access para los ferrocarriles de Brasil.

El trabajo para los ferrocarriles malasios analiza aspectos organizativos, técnicos y económico-financieros, y contiene recomendaciones para renovar el complejo marco legislativo e institucional del sector ferroviario del país. En la actualidad, las competencias en materia de transporte ferroviario en Malasia se reparten entre varios organismos y entidades dependientes de tres ministerios diferentes. En 2010, con la entrada en vigor de una nueva Ley de Transporte Terrestre, se creó un nuevo organismo, SPAD, dependiente del departamento del Primer Ministro, para mejorar la coordinación e impulsar el uso del transporte público. SPAD (Suruhanjaya Pengangkutan Awam Darat, en malasio; Comisión de Transporte Público Terrestre) asumió competencias en planificación y regulación de ferrocarriles (y algunas de autobuses, como la concesión de rutas). Paralelamente, la compañía pública KTMB, dependiente del Ministerio de Finanzas, es el operador de la red peninsular de cercanías, líneas interurbanas y de mercancías; mientras que el desarrollo de infraestructura corre a cargo del Ministerio de Transporte a través de RAC (Railway Assets Corporation). Por otro lado, la corporación pública Prasarana es a la vez propietaria y operadora del tren ligero (Light Rapid Transit, LRT), el metro (Mass Rapid Transit, MRT) y el monorraíl de Kuala Lumpur, además de operar líneas de autobús en otras tres ciudades del país. En este contexto, se propone aplicar el modelo de liberalización en la operación de la actual red de KTMB, con la excepción de los servicios de cercanías. Por el contrario, se excluyen del nuevo esquema la red metropolitana Prasarana, (para la que se mantendría el operador único, al que se concederían dos licencias: operador y administrador), y los dos proyectos de concesión y asociación público-privada (PPP) que actualmente están en marcha en el país: la futura línea de alta velocidad Malasia-Singapur (para la que Ineco realizó en 2014 un estudio de demanda, también para SPAD) y la Línea Ferroviaria de la Costa Este (East Coast Rail Line, ECRL). El marco legal de ambos proyectos no se modificará, si bien se propone que el gerente de la infraestructura solicite la correspondiente licencia de administrador y operador del sistema.

Red ferroviaria peninsular

El territorio malasio se divide entre la región peninsular, que concentra el 80% de la población y el norte de la isla de Borneo, escasamente poblada. La red ferroviaria suma unos 2.500 kilómetros. Dos líneas de largo recorrido cruzan de norte a sur en cada costa. La capital y su región metropolitana disponen de cercanías, metro, monorraíl y tren ligero.